Revista “Sábado” publica reportaje de grado de Ignacia Moreno, alumna del MPE
Fueron notas breves publicadas en El Mercurio sobre la alerta sanitaria en Ancud las que llamaron la atención de María Ignacia Moreno. Ella estaba buscando temas para el curso Proyecto de Grado, en el que se planifica el reportaje de grado del MPE. “Las notitas hablaban de 600 toneladas de basura en las calles, con roedores cerca del hospital, y me acuerdo de haber pensado, “¿cómo puede ser que algo de este calibre lo estén llevando así de chico? ¿Cómo llegó Ancud a eso? ¿Cómo será vivir algo así?”.

María Ignacia, quien hoy realiza su pasantía en la sección Internacional de El Mercurio, recuerda que cuando tuvieron que presentar la propuesta de tema, ella empezó a investigar en profundidad la situación de Ancud. “Hablé con el encargado de medioambiente de la ciudad y de otras localidades de Chiloé y me di cuenta de que es un tema increíblemente complejo para ellos, donde no hay apoyo, donde que se acumule la basura ya es cosa normal, donde las municipalidades optan por la ilegalidad porque sienten que no tienen otra manera de lograr gestionar su basura”.
La estudiante relata que la relevancia del tema hizo que fuera aceptado para su reportaje de grado. Considera que se trata de un tema muy representativo de los problemas que hay en el país en torno a la gestión de residuos domiciliarios. “Son esos conflictos que las autoridades optan por solucionar con ‘medidas parche’ pero que, a lo largo de los años, solo empeoran”.
“Sentí desde un principio que Ancud era una representación súper fuerte de eso, el reflejo de cómo la falta de apoyo, la poca ayuda económica, la mala gestión, el poco compañerismo entre municipalidades, etc., podían hacer que una ciudad llegue a extremos como esa acumulación de basura o el gasto de más de un millón de pesos por camión para llevarla a Los Ángeles. Ancud actúa como el reflejo de lo que probablemente le vaya a pasar a todas las otras ciudades en Chiloé, que siguen gestionando su basura en vertederos ilegales, pero que no llegan a soluciones viables por un sinfín de razones”.

En el caso de Chiloé, se suma la contradicción de que se trata de un lugar especialmente valorado por su entorno natural y sus bellísimos paisajes. “Hay tanta gente que se enorgullece de Chiloé, de lo precioso que es el lugar, pero que no entiende que con la poca conciencia de reciclaje que se tiene en el país y la falta de apoyo que le damos a nivel nacional a lugares más remotos, es increíblemente difícil para estas comunidades y las autoridades locales cuidar esos espacios”, advierte María Ignacia Moreno.
La estudiante viajó a Chiloé para investigar en terreno su reportaje, y estuvo en Ancud y en otras localidades de la isla. Pero también tuvo que hacer a distancia una parte del reporteo. Entre las principales dificultades que encontró, relata, fue el enfrentarse a gente que “genuinamente no entendía por qué alguien como yo estaría interesada en un tema como este”. “La cantidad de veces que me preguntaron ‘¿y usted cómo llegó a enterarse esto?’ fueron incontables”.
Para María Ignacia fue una gran satisfacción poder llevar a cabo un trabajo periodístico como este, con una gran cantidad de fuentes en terreno que reflejan las distintas aristas de un problema complejo. “Yo me licencié en Letras Inglesas, y poder, en menos de un año (de estudios periodísticos) tirarme a la piscina: encontrar un tema yo sola, ir a una isla a la que nunca había ido antes, hacer que me tomen en serio como una mujer joven de 23 años, hacerle preguntas bien difíciles y pesadas a las municipalidades y autoridades de Seremi u otras fue algo de lo que estoy muy orgullosa”. Además de la conciencia de su propio mérito, la autora también tiene palabras de agradecimiento para la profesora Jimena Villegas, su tutor Mauricio Alarcón y muchas personas de la isla de Chiloé, quienes contribuyeron con su apoyo al buen resultado de este trabajo.
Y completa esta alegría el hecho de que el artículo haya sido publicado por la revista “Sábado” en su edición del 4 de marzo: “Siento mucha satisfacción también de haber logrado, en cualquier grado, visualizar este tema. Muchos habitantes de Chiloé u otros rincones de este país se sienten abandonados por los medios de comunicación, por el Estado, y sienten que sus problemas no son lo suficientemente importantes. Conversé con tantas personas que se notaban tan aliviadas de que al fin alguien las escuchara, que hasta me contaron de otros graves problemas en la isla nada que ver con la basura”.
El hecho de ver su reportaje en papel le provoca alegría y orgullo. «La verdad es que sigue siendo difícil de creer. Pienso que la publicación, en parte, valida la enorme cantidad de trabajo y esfuerzo que, no solo yo, sino que cada persona que me ayudó en el camino puso en este reportaje. Mientras lo desarrollaba, yo sentía que era una historia importantísima de contar, y siempre mantuve la meta de contarla lo mejor que pudiera. Es muy lindo ver que el trabajo tuvo un alcance mayor y que quizás por eso al menos una persona se interese en el tema y se pueda conversar».