Trote, abdominales, escalada. Trote una vez más.
No usan casco ni espadas, pero estos atletas se hacen llamar “espartanos” o “spartans”. Son los cientos de personas que este sábado se embarcarán en la Spartan Race en San Bernardo, la carrera de obstáculos más reconocida a nivel mundial. En ella, los participantes avanzan sorteando diversos obstáculos, entre ellos lodo, alambre de púas, muros, sogas y fuego, además de nuevas pruebas inéditas en la carrera en Chile.
Viviana Riquelme, embajadora del evento hace tres años, dice que esta carrera no es solo para deportistas de elite, sino que “todos lo podemos lograr”. Lo importante sería tener “el impulso para desafiar los límites”, y dice que también participará en la versión de este año, crucial para clasificar al Mundial a realizarse este septiembre en Estados Unidos.
«No es solo para deportista de elite, sino que todos lo podemos lograr. Lo importante es tener el impulso para desafiar los límites»
Viviana Riquelme, embajadora de Spartan Race Chile
Con más de 130 carreras por todo el mundo de forma anual, hay tres carreras centrales, cada una intensificando la distancia, la cantidad de obstáculos y la dificultad de desafío. La Spartan Sprint (5k + 20 obstáculos), la Spartan Super (13K + 25 obstáculos) y la Spartan Beast (21k + 30 obstáculos). Si bien se puede correr en cualquiera de las distancias indistintamente, el máximo logro es obtener la “TRIFECTA”, medalla para la cual hay que completar la triada de carreras en un año.
Este sábado se corre la Super, y según Viviana, luego de esta, la gente se motivaría para completar sus TRIFERCTAs.
La carrera contará con obstáculos nuevos que no han estado antes en Chile como el Bender (que simula una escalera de cerca de tres metros de alto y diez de largo), además de algunos elementos sorpresa que permanecen secretos incluso para los embajadores. La corrida de hoyes parte de las Series Regionales de Sudamérica, clasificatoria para el Mundial de Spartan Race Estados Unidos, de septiembre.
Dante Prado, el head coach de SGX en Chile (el programa de entrenamiento oficial de Spartan Race), resalta lo importante de la preparación previa antes de la carrera. “Si no, es como no saber surfear y tirarse a una ola. La carrera puede ser muy dura”, dice. Para eso, sería esencial un entrenamiento mantenido en el tiempo, que permita mejorar la calidad atlética. Las semanas de entrenamiento engloban el mejoramiento de la fuerza (con levantamiento de pesas), circuito metabólico (abdominales, lagartijas), velocidad, obstáculos, y escalada, que pretenden tener en un lapso de al rededor de tres meses, a un santiaguino común y corriente, convertido en un espartano.
Erwin Forsch, participante de versiones anteriores de la corrida, dice que es de todas formas una actividad entretenida, y que lo que más lo ha motivado es el desafío que presenta, aunque no participará este año. Dice que aún en Chile el Spartan “no ha pegado tanto como podría”, por falta de una cultura de un entrenamiento más arduo y riguroso, donde el público chileno preferiría corridas más amigables como la maratón de Santiago, que además es bastante más barata (partiendo desde los $ 22.000 en comparación con los $47.600 de base para las Spartan de esta temporada). “Este año no puedo darme el lujo de pagarla”, dice. Aunque confía en que de a poco vayan ganando más terreno en Chile.
“Ojalá que se puedan potenciar más. Más que solo una prueba, es una filosofía de vida, con actitud, optimismo, te prepara para el día a día. Le haría bien a Chile”, afirma Forsch.
Desde el evento, embajadores aseguran que la cantidad de inscritos ha subido, y que varios de los que corran hoy seguirán hasta su TRIFECTA. Para algunos de los espartanos, esta odisea sigue, hasta acabar en Esparta, Grecia, con la corrida de los ganadores de la TRIFECTA en noviembre.