Nicolás Espinoza, director de teatro: “Nuestra obra es una de las pocas que se ha estrenado durante el movimiento”

por Rodrigo Córdova
Nicolás Espinoza - director Colectivo Zoológico.

Tras el estallido social, Nicolás Espinoza junto a su co-directora Laurene Lemetre conversaron durante mucho tiempo si insistían con el estreno o no. Fueron días de reunión hasta que se dieron cuenta que todo el trabajo que habían realizado tenía que materializarse: “Así como otros trabajadores hacen su trabajo a pesar de la situación, quisimos seguir haciendo lo único que sabemos hacer”. Además, el director afirma que era importante presentar la obra pensando que está financiada por fondos públicos.

Nicolás Espinoza es actor de la Universidad Católica y magíster en dirección y puesta en escena de la Universidad de Burdeos de Francia. Hace seis años que comenzó con el Colectivo Zoológico a realizar obras de teatro. El contexto teatral no está viviendo sus días más prolíferos. Sin embargo, Espinoza, y su compañía, continúan con la adaptación de “Casa de muñecas”, clásico escrito por Henrik Ibsen en 1879, que se presenta por aportes voluntarios los fines de semana en Matucana100 desde el mediodía hasta las cinco de la tarde. El director relató a “El Cóndor” su experiencia respecto a la apertura de una obra en medio de las manifestaciones, la resignificación que adquiere el teatro en estos tiempos y la forma en la que el Colectivo Zoológico se hace parte de la protesta.

¿Porque hay obras que suspendieron o no se están estrenando?

Lo que pasa es que con los teatros, sobre todo con los que están ahí de la Plaza de la Dignidad (Italia), tienen que tomar medidas de seguridad y el metro tiene que estar cerrando a las ocho de la noche. Entonces es difícil convocar a personas después de las cinco de la tarde por razones de seguridad. Hay programaciones afectadas, somos de las pocas obras que hemos inaugurado durante el movimiento”

¿Cómo lo han hecho ustedes?

Por lo general llegamos mediante nuestros propios medios, pero también vamos en horarios que son atípicos para la realidad del teatro. Estamos muy comprometidos y contentos porque pensábamos que la gente no quería ir al teatro pero hay movimiento.

Ustedes están en una campaña “paga lo que puedas”, ¿cómo les ha resultado?

Bien, nos ha ido bien. Pensábamos que iba a venir mucha menos gente al teatro y en realidad ha llegado harta.

¿Será porque ustedes hacen teatro político y justo está muy en boga?

Puede ser, algunas de nuestras obras tratan temas políticos pero nos interesa más una política de la obra, en el sentido, que el espectador tenga la libertad de interpretación, más que tratar de transmitirle un mensaje unívoco con el cual el tema puede adherir.

¿Pero siempre hacen crítica social?

Nuestro objeto de estudio es la realidad y lo que sucede en el país. Tratamos de que las obras que hacemos toquen temas contingentes, pero hay otras que no lo hacen. Entonces, en ese sentido, opera la política más estética y de nuestra forma de trabajar que una política temática.

Entonces, ¿Han adaptado la obra por el estallido social?

El 18 de octubre la obra ya estaba lista. Decidimos presentar la obra que ya habíamos ensayado y no introducir nada.

¿Tenían pensado proyectar las consignas de las manifestaciones en la escenografía?

No, pero tampoco nos aprovechamos del momento y tratamos de decir “ésta obra tiene que ver con todo lo que esta pasando” sino que quisimos dar cuenta de un proceso que puede estar conectado o desconectado de la sociedad. Mirarlo como algo más complejo, que no solamente responde a lo que está pasando.

¿Hay otras expresiones artísticas que vienen a aprovecharse directamente del acontecer social? ¿Hay una autocrítica que debería hacerse el arte en ese sentido?

No creo que haya alguien en específico que quiera aprovecharse. Creo que hay ciertas máximas con las que a veces funciona el mercado del arte con las cuales a veces no estamos tan de acuerdo. Como te digo, creo que esta época, mes que llevamos movilizándonos para transformar este país, justamente lo que se plantea es hacer una revisión más, profunda, más compleja y más abierta más flexible de ciertas categorías.

¿Por qué abrir estos espacios si muchas veces las condiciones mínimas no están garantizadas?

Decidimos hacer la obra porque nos parecía importante abrir los centros culturales. No solamente para la presentación de obras como la nuestra, sino que también para que los centros tuvieran una presencia y que no estuvieran encerrados como lo están las farmacias, como lo hacen los supermercados. Creo que los centros culturales en este momento toman mayor relevancia y nos parecía importante hacer la obra para justamente dar esa presencia.

¿Se resignifica el espacio, la obra?

Si. Evidentemente creo que la obra antes del 18 habría tenido un significado distinto y hoy día tiene otro. El objeto artístico no le pertenece a nadie, le pertenece a la interpretación de los espectadores. Es un espacio un poco incontrolable.