La nueva Diana de Gales de la TV sorprende a los fanáticos

por María Betania Caldera
Emma Corrin

Los fanáticos de The Crown supieron esta semana una de las noticias más esperadas: el reparto para la tercera y cuarta temporada de la serie original de Netflix. Lo que no se esperaba era que el ansiado personaje de Diana de Gales fuera asignado a una actriz poco conocida: Emma Corrin. Al igual que la sorpresiva aparición e impronta de Diana Spencer en la monarquía inglesa, la elección de Corrin podría, según críticos, recrear un efecto similar en la escena del espectáculo actual.

Ana Josefa Silva, periodista y crítica de cine, comenta que le parece una decisión acertada la elección del nuevo talento. “Diana es un personaje, es un ícono”, lo que requiere de una pureza para poder representarlo de la forma más auténtica posible, según Silva. Asignar artistas conocidos puede “hacer perder el naturalismo que requiere un personaje tan importante”, agrega Silva, puesto que los actores reconocidos deben lidiar constantemente en sus representaciones con un distanciamiento entre lo que son ellos, como figuras públicas, y lo que están interpretando. “Como espectador, tú estás todo el rato descubriendo al actor debajo de lo que representa” indica la periodista.

Con una cara nueva, en cambio, la audiencia se enfoca en el personaje. Así lo explica Rodrigo Munizaga, periodista de espectáculos en Culto: “Apostar por una actor poco famoso permite al público ver sin prejuicios”. Funciona como estrategia para que la gente se centre en el personaje y no se distraiga. Como ejemplo, el crítico propone al actor Rami Malek, quien estuvo a cargo de encarnar a Freddie Mercury, vocalista de Queen, en la película Bohemian Rhapsody. A pesar de no tener un gran parecido físico con su personaje, el poco reconocimiento público de Malek le permitió interpretar al ícono de la música adoptando solo algunos “guiños” como el bigote o las
ropas del cantante.

La apuesta por los desconocido

“Este tipo de cosas se han hecho siempre”, explica Silva, y alude al cine que trabaja con el naturalismo, introduciendo personajes que son del común. Pone como ejemplo a la protagonista de Roma, la más reciente producción de Alfonso Cuarón. La mexicana Yalitza Aparicio pasó de ser maestra a actriz de la galardonada obra de Cuarón. Igualmente, hay casos parecidos en obras como El hijo de Saúl, película húngara de 2015 que terminó llevándose el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes. Su protagonista, el húngaro Géza Röhrig, era solo un poeta al momento de comenzar la filmación. En la serie de Netflix Luis Miguel también se vio esto: si bien no se trataba del papel protagónico, se le encargó al youtuber mexicano Juan Pablo Zurita la interpretación del hermano menor de El Sol de México. “Estas decisiones se hacen con un sentido y tienen un resultado” concluye Silva.