
Rodrigo de Oliveira vive en Talca desde 2017. Lo acaban de aceptar en la Sociedad Chilena de Entomología (la más antigua de América Latina dedicada al estudio de los insectos) y asegura que desea quedarse en el país para seguir sus estudios hasta jubilarse. Tiene apenas 31 años.
Lo que tanto entusiasma a este científico brasileño es que ha corroborado que Chile es uno de los sitios más atractivos del mundo para investigar las avispas nativas, particularmente en su especialidad, las parasitoides de la familia Ichneumonidae, que tiene más de 190 variedades, 88% de ellas endémicas. El candidato a postdoctorado en la Universidad Católica del Maule (UCM) se desempeña en el Laboratorio de Ecología de Abejas y en su año y ocho meses ya ha descubierto cinco especies que ha descrito en publicaciones internacionales.
«A través de la mala fama de las chaquetas amarillas, la palabra ‘avispa’ acaba por remitir a una respuesta negativa y poco receptiva por parte de la población, cuando no debería ser así: las avispas chilenas, en general, son muy beneficiosas para el ecosistema”, dice.
De Oliveira aclara que no son agresivas, pero, cual policía, ahuyentan con su presencia a quienes merodeen en su territorio. A ello se suma la letalidad de su mecanismo de reproducción en otros insectos y arañas.“Las hembras de estas pequeñas avispas poseen una estructura en forma de aguja (ovipositor o aguijón) por la cual liberan un veneno que paraliza a su huésped, depositando sus huevos en seguida. De ese huevo se genera una larva que se va a alimentar de su huésped hasta el momento en que absorbe todos sus nutrientes (llevándolo a la muerte) y luego continúa su ciclo de vida hasta convertirse en un adulto que va a buscar a sus propios huéspedes”, explica.
De Oliveira se entusiasma con la idea de criar este insecto en laboratorio y utilizarlo como controlador natural de plagas, como ya se hace con las endémicas de Australia. Para graficar su manera de atacar, apela a una terrorífica analogía hollywoodense. “¡Sería como utilizar los Aliens (de la película) solo para controlar plagas agrícolas!”, exclama.
El especialista presentó recientemente su trabajo ante la Sociedad de Entomología de Chile. Uno de los asistentes al evento fue el «bichólogo» Alfredo Ugarte, quien asegura que la investigación arrancó aplausos entre sus colegas.

«Cuando los japoneses descubran a las avispas chilenas sus películas de monstruos van a quedar como para niños. Su mecanismo es horroroso, porque sus larvas están adentro hasta el último minuto sin matarlos, pero a la vez es extraordinario”, comenta el panelista de TV, quien celebra el trabajo del investigador en el Maule.
Pero como pasa con tantas otros seres vivos, De Oliveira afirma que urge una mayor investigación para conocerlas y conservarlas, pues la distribución de este tipo de insectos se reduce a pequeñas extensiones territoriales, “así que probablemente son especies que corren peligro de extinción por pérdida de hábitat”, se lamenta.
En el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) coincidieron en que las avispas nativas “son menos conocidas por el público y han sido poco estudiadas, lo que se traduce en falta de información sobre su biología e importancia para los ecosistemas del país”. Pese a ello, añadieron que su potencial como controladoras naturales no se ha verificado aún para nuevas plagas como las forestales, por lo que concordaron es que es necesario seguir investigando a este «Alien» del campo chileno, como la llamó De Oliveira.