Alumnas extranjeras del MPE 2019: desde Venezuela y España
Luego de haber cursado Licenciatura en Letras en la Universidad Católica Andrés Bello en Venezuela y Derecho en la Universidad de Salamanca en España, respectivamente, María Betania Caldera y Clara González decidieron seguir ampliando sus estudios con un programa que se ajustara a sus intereses. El reconocimiento de la Universidad Católica y El Mercurio a nivel mundial, la duración de un año del magíster y la aplicación constante y profunda de la teoría y la práctica periodística fueron los motivos que las hicieron decidirse por el Magíster en Periodismo Escrito.
En enero de 2015, mientras la venezolana María Betania Caldera viajaba por Chile de vacaciones, le llamó la atención la gran oferta educativa que había en el país en comparación con su tierra natal. Además, ya conocía a algunos chilenos que eran amigos de su familia, por lo que, cuando la situación socio-política venezolana comenzó a empeorar, no dudó en emigrar a Chile. “Ya conocía el país y sabía que si eventualmente quería estudiar algo, había varios programas sobre el área humanista que ya había visto y que me gustaban”, cuenta la venezolana.

Así, llegó a Chile en enero de 2017 con la idea de trabajar para estabilizarse y luego ver cómo profundizar en el área académico-profesional. “Siempre tuve la idea de hacer un magíster en alguna disciplina cercana a lo que yo había estudiado”, comenta la licenciada en Letras. “Pero todavía no lo tenía muy claro, entonces empecé a buscar trabajo como escritora, redactora o editora de textos”, agrega. Sin embargo, señala que en esa búsqueda se dio cuenta de que había una tendencia a solicitar periodistas para ese tipo de trabajos, por lo que comenzó a tantear la posibilidad de hacer un magíster en periodismo; además, era una disciplina que le había llamado la atención desde que entró a la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas. “Y como están las cosas en el mundo, mientras más diversidad profesional tengamos en nuestro perfil, más integrales y valorables somos a la hora de encontrar un trabajo”, dice María Betania.
Por otro lado, la española Clara González, cuando terminó de estudiar Derecho en la Universidad de Salamanca, llegó a Chile en 2015, interesada en el movimiento estudiantil. Durante un año hizo su práctica en el equipo de Gabriel Boric como asistente del trabajo legislativo. Según comenta, mientras trabajaba con los periodistas de la diputación, se dio cuenta de que su verdadero interés apuntaba a la parte comunicacional. “Investigué programas para formarme en esta área y en seguida vi que la Universidad Católica era una de las mejores del país. Me recomendaron el programa y se ajustaba exactamente a lo que yo estaba buscando para formarme como periodista”, indica Clara.

“Me decidí sin dudarlo por el MPE porque es un magíster pensado para licenciados en otras disciplinas, como era mi caso”, agrega. “Este magíster era la opción más idónea porque me parecía exagerado cursar una licenciatura completa ya habiendo estudiado Derecho. Además, que el programa fuera de la Universidad Católica me ofrecía la garantía de que iba a ser excelente en términos académicos. También me pareció muy enriquecedor que parte de las clases fueran en un diario, porque te permite relacionarte directamente con la cotidianidad de una sala de redacción y recibir clases de grandes periodistas que trabajan en el mismo edificio”, afirma la española.
Algo parecido le ocurrió a la venezolana María Betania cuando optó por el MPE. Mientras buscaba programas de magíster, lo primero que encontró fue el de “Periodismo para licenciados” de la Universidad Católica, pero cuando fue a pedir más información a la Facultad de Comunicaciones a fines del año pasado, le ofrecieron el Magíster en Periodismo Escrito, programa que, según la venezolana, “calzaba más con mi perfil”. “Me pareció más conveniente porque era un programa más corto que los demás y porque la titulación que iba a obtener era de magíster en vez de pregrado, como la que me ofrecía la otra opción. Además, encontraba interesante la combinación de la teoría académica con la práctica laboral en un medio como El Mercurio, importante no solo para el país si no que para toda la región. Sentía que ver desde dentro cómo funciona un medio de comunicación como este y ver cómo trabajan los periodistas era un aprendizaje muy valioso. Encuentro que es una propuesta bastante particular y acorde a los tiempos actuales”, menciona María Betania.
“Y personalmente –añade–, el hecho de que este programa tuviera opciones de becas era muy importante. Económicamente, no podía costearme un magíster por cuenta propia, por lo que el tema de las becas también me ilusionó para aplicar al MPE”. Ella dice sentir una gran responsabilidad por haberse ganado la Beca Itaú este año, con la que el banco premia a los mejores alumnos del magíster. “Las becas transforman la sociedad –comenta– porque les entregan a aquellas personas que tienen capacidades intelectuales o académicas, pero no económicas, la oportunidad de afrontar un estudio superior. Las becas ayudan a que esas personas surjan y que impulsen nuevas instancias para que más personas se sigan formando. Es algo de lo que estoy muy agradecida y de lo que me siento muy responsable”, indica.
Superando las expectativas
Ya casi finalizando el año académico, ad portas de postular a la práctica en el diario, y luego de un día intenso de escritura en el Taller de Diario del MPE, María Betania y Clara reflexionan sobre las herramientas que les ha entregado el MPE. “Hacer un magíster en una disciplina distinta a la que estudiaste en el pregrado te permite construir un currículum más interesante porque demuestra que eres una persona capaz de ver las cosas desde perspectivas distintas”, señala María Betania. “Creo que es bueno estudiar este magíster después de haber tenido una carrera previa porque te da un piso desde el cual pararte al momento de abordar tus escritos periodísticos”, añade. Clara también concuerda con eso y agrega que “comunicar y escribir bien es una herramienta que se ve muy enriquecida cuanto te has formado en otras áreas previamente”. Añade que grandes periodistas y escritores argentinos y españoles como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Tobías Schleider habían estudiado derecho antes, “ya que el periodismo es finalmente un ejercicio en el que la reflexión y la palabra van íntimamente relacionados”.

Como licenciada en Letras, María Betania dice que ambas carreras también se complementan muy bien “porque comparten la preocupación por el lenguaje y la importancia de que el lenguaje no solo comunica con las palabras si no que con la forma en que están colocadas esas palabras. Además, creo que son una muy buena junta porque se combina la densidad de Letras con la practicidad del periodismo”.
Ambas alumnas reconocen que han ido puliendo su escritura constantemente gracias a los conocimientos prácticos y técnicos que les enseñan en el MPE, y las dos destacan las herramientas digitales, “que son sumamente útiles en el mundo en que hoy se mueve el periodismo”, señala Clara. “Si bien uno entiende el periodismo como algo más analógico, eventualmente se puede montar en una página web y se puede colgar en las redes sociales. Entonces el manejo de toda la tecnología también ha sido pertinente para los tiempos que se vienen porque en el mundo laboral actual se está valorando mucho el área digital”, reconoce la licenciada en Letras.
Según María Betania, lo que más ha aprendido en el MPE es que el lenguaje tiene una fuerza creativa “porque crea realidades”. “Al decir que tal persona dijo esto, denunció esto o hizo tal cosa, estás creando una realidad que puede afectar para bien o para mal a alguien”, señala. “Entonces, en el periodismo hay que ser muy responsable porque me he dado cuenta del peso que tiene el lenguaje para crear cosas”, indica.
“El MPE ha sobrepasado mis expectativas sin duda alguna”, concluye la española. “Y no solo por todo el conocimiento y las herramientas adquiridas, sino porque además me ha servido para reafirmarme a nivel personal y profesional. Siempre había querido ser periodista, y después de todas las vueltas de la vida, finalmente lo logré a través del MPE”, cierra Clara.